miércoles, 23 de septiembre de 2015

Los aprendizajes necesarios en un mundo de cambios

 Una de las características de la sociedad actual es su constante cambio. Este cambio no solamente se relaciona con el aspecto tecnológico, que finalmente es lo más evidente. La tecnología de la información y las comunicaciones ocupa un lugar central en nuestras vidas.  La Internet y las redes sociales se han convertido en el espacio qué ha ganado tanto la atención de las personas, que  se ha perdido, en su mayoría, la motivación por realizar actividades al aire libre y hasta el de compartir cara a cara, porque esta interacción se realiza a través de una cámara web o del celular.

Sin embargo y no obstante las ventajas de esta forma de interactividad,  ya que podemos conversar en tiempo real con personas que están al otro lado del planeta, o usarlo  como recursos para generar conocimiento y por tanto, para enseñar y aprender; también presenta  múltiples  riesgos. La violencia “virtual” es otra de las formas de agresión que se está implantando  en el día a día.  Por ejemplo, es un riesgo la difusión irresponsable del número de celular, porque no se sabe con certeza a quién puede llegar. Los acosadores, están al acecho de jovencitos o jovencitas que compiten para “ver” quién tiene más contactos y/o seguidores, sin tomar en cuenta quienes son o cuáles son sus intenciones.

Las redes sociales se han convertido en la forma más inmediata para “conocer gente” y compartir cada aspecto de su vida pública y privada, con el riesgo que esto implica en una sociedad donde la delincuencia se incrementa cada día.

En tal sentido, la escuela y la familia  deben incorporar todos los aspectos  necesario para afrontar los retos del mundo actual y que no solamente se refieren a lo cognitivo, sino y sobre todo a los aspectos emocionales y relacionales.  Las personas deben aprender a tomar decisiones frente a la incertidumbre; pero para ello es necesario que  aprendan a pensar crítica y creativamente, y también a ser emocionalmente competentes, saber decir NO en las circunstancias necesarias, ser autónomos, resilientes, proactivos, emprendedores; haber desarrollado las competencias básicas transversales para poder aprender a aprender a lo largo de toda la vida.

Para poder aprender a aprender es necesario que la escuela favorezca el logro tanto de las herramientas esenciales para el aprendizaje (como la lectura y la escritura , la expresión oral , el cálculo, la solución de problemas) como los contenidos básicos (conocimientos teóricos y prácticos, va lores y actitudes) necesarios para que los seres humanos puedan sobrevivir, desarrollar plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad , participar plenamente en el desarrollo , mejorar la calidad de su vida, tomar decisiones fundamentadas y continuar aprendiendo. [1]

Las herramientas esenciales para el aprendizaje como son las competencias comunicativas, fundamentalmente la comprensión lectora  y las habilidades lógico matemáticas, se han convertido en los principales indicadores de la calidad educativa. Se miden a nivel nacional como internacional, sin embargo los estudiantes peruanos, todavía no han logrado una ubicación adecuada en dichas evaluaciones. Todavía existen grandes deficiencias,  así, “el Perú ocupa el último lugar en un ranking de 66 países que se sometieron a la evaluación PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes), organizado por la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Académico). Aunque este resultado es preocupante, se le puede considerar como un reflejo de nuestro sistema educativo o existen diversos factores que tenemos que comparar” (Edu-PUCP, 2013)[2]

Ciertamente, recibir una educación de escasa calidad es lo mismo que no recibir educación alguna. Tiene poco sentido brindarle a un niño o niña la oportunidad de matricularse en la escuela si la calidad de la educación es tan precaria que no le permitirá alfabetizarse, adquirir las habilidades aritméticas básicas o prepararse para la vida.

Una educación de calidad, esencial para el aprendizaje verdadero y el desarrollo humano, se ve influida por factores que proceden del interior y el exterior del aula, como la existencia de unos suministros adecuados, o la naturaleza del entorno doméstico del niño o niña. Además de facilitar la construcción de conocimientos y aptitudes necesarios para triunfar en una profesión y romper el ciclo de pobreza, la calidad desempeña un papel crítico a la hora de disminuir la brecha existente entre los géneros en materia de educación básica (UNICEF, s.f).). [3]
Según la UNICEF[4], existen al menos cinco elementos clave que afectan a la calidad de la educación: lo que el estudiante trae consigo, el entorno, los contenidos, los procesos y los resultados. Estos elementos constituyen una base que permite supervisar la calidad.
·         Lo que el estudiante trae consigo, es decir sus experiencias previas. ¿Qué experiencias aporta el estudiante a la escuela y qué dificultades concretas enfrenta? ¿Se ha visto afectado por situaciones de emergencia, por el maltrato, el trabajo infantil o el SIDA? ¿En su primera infancia, su educación preescolar y las experiencias vividas en su familia y su comunidad fueron positivas? ¿El lenguaje empleado en su hogar es muy distinto del que se usa en su escuela? ¿Ha contado con la preparación suficiente que la permita mantener el ritmo de la escuela? En este aspecto es necesario tomar en cuenta que el niño o niña no llega a la escuela con su mente en blanco, tiene una rica vivencia de al menos 3 años, que es la edad en que se inicia su vida escolar. Miras (s/f, citada en Coll, Martín, Mauri, Mirás, Onrubia, Solé, Zabala, 1999)[5], opina que “estos conocimientos previos no solo le permiten contactar inicialmente con el nuevo contenido, sino que, además, son los fundamentos de la construcción de los nuevos significados. Un aprendizaje es tanto más significativo cuantas más relaciones con sentido es capaz de establecer el alumno entre lo que ya conoce, sus conocimientos previos y el nuevo contenido que el/la docente le presenta como objeto de aprendizaje.
·         Entorno. ¿El entorno de aprendizaje es saludable, seguro, protector, estimulante y tiene en cuenta las necesidades de los géneros?  En este sentido, el contexto  constituye la referencia fundamental  para el aprendizaje. Debe tomarse como fuente de las situaciones problémicas para que  haciendo uso de los conocimientos adquiridos en la escuela, el estudiante genere y aplique estrategias complejas para solucionar problemas de su realidad.  Solamente cuando el contexto sea valorado como factor  determinante  en los diferentes niveles de diseño y desarrollo curricular, estaremos hablando de una educación pertinente, contextualizada y situada.
Sobre la importancia de la reflexión y aprendizaje contextualizado, Freire (2002)[6] expresa que “cuando un ser es capaz de emerger de su contexto, de “alejarse” de él: capaz de admirarlo para objetivándolo, transformarlo, y transformándolo, saberse transformado por su propia creación; un ser que es y está siendo en el tiempo que es suyo, un ser histórico… solamente éste es capaz, de comprometerse. Este ser es el hombre.  Y agrega que, así como no hay hombre sin mundo, no puede haber reflexión y acción fuera de la relación hombre-realidad. Esta relación hombre-realidad, hombre-mundo, al contrario del contacto animal con el mundo, implica la transformación del mundo, cuyo producto, a su vez, condiciona tanto la acción como la reflexión.
·         Contenidos educativos. Por un lado, habría que preguntarse si ¿Son pertinentes los materiales didácticos y los programas de estudios? ¿Imparten destrezas básicas, especialmente en lo que se refiere a la alfabetización y la aritmética elemental?  ¿Promueven técnicas para la vida y aprendizaje sobre cuestiones tales como el género, la salud, la nutrición, la prevención del SIDA, la paz, u otras prioridades de ámbito nacional y local? ¿En qué medida el contenido de los programas de estudio y los materiales didácticos incluyen o excluyen a las niñas? Por otro lado, si tomamos en cuenta que la calidad educativa “es el nivel óptimo de formación que deben alcanzar las personas para enfrentar los retos del desarrollo humano, ejercer su ciudadanía y continuar aprendiendo durante toda la vida” (Ley general de Educación N° 28044, Art. 13)[7], otra preguntas sería  ¿El sistema prepara, realmente, a las personas para que hagan frente a los retos planteados por el mundo?  
En el plano formativo cada institución educativa realiza una selección de los campos de conocimiento acordes con las lo que las personas y el contexto necesitan conocer-saber para resolver un conjunto de problemas presentes en el sistema social.  González (2000, citado en Tobón, 2007). Sólo si este aspecto se cumple estaremos ante una educación de calidad.
Teniendo en cuenta que la educación actual se desarrolla en base a la concepción compleja de competencias, el proceso de desempeño idóneo y responsable requiere la integración de diversos saberes: el saber ser, el saber hacer y el saber conocer y el saber convivir (Delors, 1999[8]; Tobón, 2007[9])
Sobre este mismo aspecto, de acuerdo con Román y Diez (2000, citado en Tobón, 2007)[10], el currículo es una selección cultural que se estructura en  base a procesos (capacidades y  alores), contenidos (formas de saber) y métodos/procedimientos (formas de hacer) que demanda la sociedad en un momento determinado.
·         Procesos. ¿Los métodos que los profesores emplean se centran en los niños y las niñas? ¿Sus valoraciones facilitan el aprendizaje y reducen las disparidades? ¿Se gestionan debidamente las aulas y las escuelas? ¿Los métodos de enseñanza, aprendizaje y apoyo – provengan de los supervisores, el personal docente, los programas o las comunidades– mejoran o disminuyen la capacidad de las niñas? Este aspecto está relacionado al ¿cómo se construyen los aprendizajes?
Si hablamos de una educación por competencias, lógicamente, los procesos de construcción de dichas competencias, serán aquellos que permitan a los estudiantes, por un lado,  ser agentes activos, comprometidos y responsables de la construcción de su propio aprendizaje, y por el otro lado se tendrá que realizar una docencia estratégica, que implique la construcción, deconstrucción y reconstrucción continua de la práctica pedagógica a partir de la reflexión sobre la propia práctica.  La práctica docente crítica, asegura Freire[11] (2004) encierra el movimiento dinámico, dialéctico, entre el hacer y el pensar sobre el hacer
 Freire (2004)[12] expresa que no hay docencia sin discencia, ya que a pesar de las diferencias que los connotan, quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender. En las condiciones del verdadero aprendizaje los educandos- discentes se van transformando en sujetos reales de la construcción y la reconstrucción del saber enseñado, al lado del educador, igualmente sujeto del proceso. En tal sentido, enseñar, aprender e investigar se presentan en el ciclo gnoseológico: aquel en el que se enseña y se aprende el conocimiento ya existente (crítica de la realidad, valoración de los conocimientos previos) y aquel en el que se trabaja la producción del conocimiento aun no existente (alternativas de solución a los problemas de la realidad) manteniendo siempre la disponibilidad para la revisión de los hallazgos, reconocer no sólo la posibilidad de cambiar de opción, de apreciación, y por tanto, del derecho de hacerlo.
Freire, con respecto a los procesos de enseñar y aprender  se refiere a la importancia de  “corporificar las palabras con el ejemplo”, ya que las palabras a las que les falta la corporeidad del ejemplo poco o casi nada valen. (Freire, 2004)[13]
Resultados. ¿Qué resultados esperamos para las niñas en materia de educación básica? ¿Cómo se puede documentar el grado de progreso del aprendizaje de las niñas y valorar la influencia del programa de estudios en su crecimiento futuro? Los resultados educativos deberían estar vinculados a los objetivos nacionales relativos a la educación y promover una participación positiva en la sociedad. En este aspecto, es importante destacar  la estrecha relación que existe entre los procesos y los resultados de aprendizaje.
En el marco de una metodología de aprendizaje significativo, Tobón (2007)[14] opina que las estrategias  para desarrollar competencias en un entorno de docencia crítica  se diseñan e implementan teniendo en cuenta los criterios de desempeño, los saberes esenciales, las evidencias requeridas y el rango de aplicación.  Estas implican las estrategias  docentes de sensibilización,  estrategias  para favorecer la atención, estrategias para favorecer la adquisición y personalización de información, la recuperación de la información, la cooperación, la transferencia de la información, la actuación y la valoración.
De todo lo expresado podemos concluir que es necesario reflexionar si en un contexto social en el que la calidad educativa es una exigencia, el sistema está cumpliendo y dando respuesta a este requerimiento. Igualmente, es necesario reflexionar sobre los contenidos (Qué se enseña y qué se aprende), procesos (Cómo se enseña y cómo se aprende) y resultados (aprendizajes panificados y aprendizajes logrados) son pertinentes para el tipo de contexto en el que se desenvuelve la vida de los actores educativos.
¿Será que la escuela está matando la creatividad? Sir Ken Robinson nos hace reflexionar sobre este tema.


Hermila Amoroto
22 setiembre de 2015



[1] Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI. España: UNESCO.  Recuperado de http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF
[2] .Edu-PUCP (2013). Resultados PISA 2013: ¿Qué pasa con la educación?. Recuperado de http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/resultados-pisa-que-pasa-educacion/b
[3] UNICEF (s.f). Calidad educativa. Recuperado de http://www.unicef.org/spanish/education/index_quality.html
[4] IDEM
[5]  Mirás, M.; Coll, C; Martín, E.; Mauri, T,; Mirás, M.; Onrubia, J.; Solé, I. y Zabala, A. (1999). El Constructivismo en el aula. España: GRAO.
[7]  Ley general de Educación N° 28044 (2003).  Perú: MINEDU
[8] Delors, J. (1999)
[9] Tobón, S.  (2007)
[10] Idem 
[11] Freire, P. (2004). Pedagogía de la Autonomía. Sao Paulo:Paz e Terra, S. A. recuperado de http://cipdfa2005.wix.com/strategic-consult-es#!bibliografia--educacion-por-competencias/jpot5
[12] Idem.
[13] Idem.
[14] Tobón, S. (2007).



domingo, 3 de mayo de 2015

LA VIOLENCIA ESCOLAR: Un problema que debe tener prioridad social

La reflexión necesaria que debemos hace los padres, madres, maestros y maestras, las instituciones educativas y la sociedad en su conjunto para contribuir en la construcción de una generación humana que viva en una nación con desarrollo humano real, ya que los niños y jóvenes son el presente y el futuro de una patria justa, equitativa e inclusiva.


La educación es un derecho fundamental que se configura como un elemento clave para el desarrollo de una sociedad. Actualmente, la  calidad de la educación se ha convertido en una de más ansiadas metas que desean lograr los diversos países del planeta, entre ellos el Perú. Sin embargo, el camino seleccionado está priorizando, aun, los aspectos cognitivos  y formales del sistema, descuidando la protección del ser humano como un aspecto importantísimo del desarrollo integral del ser humano. En tal sentido, consideramos que la preocupación por optimizar la productividad y la calidad en las organizaciones, sobre todo en las organizaciones educativas,  debe estar asociada al creciente valor que se conceda al sistema humano social,  asumido como el capital más importante para el logro de la calidad de un servicio, sobre todo a la calidad de la educación.

A través de la historia, para la mayoría de los niños y las niñas, la escuela representa el espacio donde pasan el mayor tiempo de su vida cotidiana. Y, no obstante que la función central de la escuela es educar, enriquecer y proteger a sus estudiantes en un ámbito de respeto y ejercicio pleno de los derechos de todos; sin embargo, aún hay instituciones educativas donde se registran dinámicas que vulneran la salud física y emocional de los y las estudiantes, incumpliendo así  los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño que como tratado internacional, establece una serie de derechos específicos a favor de las niñas, niños y adolescentes y que por su carácter vinculante, obliga a los Estados partes a que sus preceptos se incluyan en sus políticas nacionales.
Para los efectos de la Convención sobre los derechos del niño, se entiende por “niño a todo ser humano menor de dieciocho años de edad (…)(Parte 1, Art. 1, p. 10);  además establece que , “… que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en relación con la existencia de una supervisión adecuada” (…)(Parte 1, Art. 3, p. 10)[1]
Por otro lado, y con el fin de sustentar legalmente la necesidad de defender plenamente a los niños y adolescentes, en el Perú tenemos, también el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia. 2012 – 2021 (PNAIA 20121)[2], que constituye el  instrumento marco de política pública del Estado Peruano, para articular y vincular las políticas que se elaboren en materia de infancia y adolescencia en el país, que orientará en la presente década la acción del Estado y de la sociedad civil hacia el desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes peruanos.
Uno de los Principios rectores del Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012-2021, establece que:
Hoy las niñas y los niños no son considerados ni menores, ni incapaces ni carentes sino personas totales, seres humanos completos y respetados, poseedores de potencialidades a desarrollar y titulares de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que les deben ser reconocidos por el solo hecho de existir. (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2012, Principio 3, p. 16).
Por su parte, El Ministerio de Educación en el año 2012, aprobó la Directiva N° 019-2012-MINEDU/VMGI-OET denominada “Lineamientos para la prevención y protección de las y los estudiantes contra la violencia ejercida por personal de las Instituciones Educativa[3], donde se considera que la violencia es:
“… toda acción que implique intencionalidad, la fuerza y el poder de someter, dominar, limitar o doblegar la voluntad de los y las estudiantes a través del condicionamiento o coacción emocional, física, sexual, económica, cultural o social” ( 5.2.9)
En la misma norma se establece, además, que la violencia sexual son actos (…) propiciados por un adulto o adolescente mayor (…) que pueden consistir en contacto físico o no (…) (5.2.10); los mismos que al ser violencia, incluyen la “intencionalidad”.
 Y exigen entre otras acciones que a nivel de la Institución Educativa:
… como medidas de prevención y protección  que el Director de la I.E (…) debe adoptar las acciones necesarias para evitar la continuidad de los hechos denunciados con la finalidad de hacer prevalecer el interés superior del niño, la niña y adolescente y los demás derechos que le asisten. (Disposición  específica N° 6: 6,41 y 6.4.2).
Lo que significa que las autoridades de cualquier institución educativa, en una actitud de responsabilidad social y de humanidad, deben priorizar la integridad de sus estudiantes frente a los intereses económicos particulares,  y de esta forma no solamente cumplir con el mandato de la ley sino,  establecer precedentes  que sirvan de sustento para que otros casos similares sean castigados. Así mismo para que al incorporar personal en sus instituciones se tomen las medidas necesarias para verificar los antecedentes penales y judiciales de los postulantes. Pero sobre todo sería muy importante que a toda persona que labora en una institución educativa se le exija un certificado de SALUD MENTAL expedida por una institución confiable. También sería importante que los directivos verifiquen que todo el personal esté legalmente inscrito en las instancias respectivas, como son por ejemplo el Seguro Social y así evitar no solamente la contratación informal de personas indeseables o  que adolecen de alguna tendencia psicopatológica.  
Sobre el mismo tema, el Nuevo Código de los Niños y Adolescentes, Artículo 18º se refiere a  la protección que los Directores de los centros educativos deben brindar a sus estudiantes, especificando que “Los Directores de los centros educativos comunicarán a la autoridad competente los casos de maltrato físico, psicológico, de acoso, abuso y violencia sexual en agravio de los alumnos”. (Nuevo Código de los Niños y Adolescentes, Artículo 18º)[4]
Priorizar la acción por la infancia y la adolescencia dará al Perú los fundamentos sólidos para llegar al Bicentenario como una nación enrumbada hacia el progreso y el desarrollo sostenible de todos sus habitantes, principalmente de las niñas, niños y adolescentes.[5]
Es un desafío para todos los ciudadanos y todas las ciudadanas,  sobre todo para los maestros, maestras, madres y padres de familia, por un lado seguir considerando como prioridad la defensa de la integridad física y psicológica de nuestros/as estudiantes; educándolas para que aprendan a defender sus derechos, denunciando a los agresores y por otro promoviendo que las instituciones educativas exijan la calidad moral  de sus trabajadores.
Finalmente, para pedir a los niños y niñas que son víctima de cualquier tipo de intento o de violencia, que lo enfrenten con seguridad y valentía, denunciándolo oportunamente y no aceptando chantajes de ningún tipo.  Afrontar y denunciar  la violencia y el delito no es ultraje, es una capacidad que está asociada a un nivel  de autoestima y por tanto de confianza en sí mismo/a.
Para poner la protección de la niñez y la adolescencia a la vanguardia de la agenda pública, necesitamos crear conciencia sobre la violencia contra la niñez y la adolescencia y movilizar a los diferentes sectores sociales a actuar para construir una Región Libre de Violencia Infantil. (World Vision)[6]
La indiferencia, el no ser escuchados, los golpes, las órdenes sin explicación - entre otras - son una entre varias formas de ejercer la violencia contra los niños, niñas y adolescentes; muchas veces, con la complicidad de otras personas (la propia familia, vecinos o vecinas del entorno) que prefieren no denunciar, para guardar las apariencias y/o no meterse en problemas.
Frente a la indiferencia y tolerancia social a la ESNNA, las organizaciones sociales debemos optar por lo siguiente: • Sensibilizar a la población respecto al problema de violencia y ESNNA. • Colaborar en la identificación de niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo de violencia o ESNNA. • Desarrollar un plan de acción para la prevención y protección de los niños, niñas y adolescentes frente a la violencia y explotación sexual. • Realizar campañas de difusión referidos a los derechos de los niños, niñas y adolescentes. • Realizar campañas para la no utilización de las niñas y adolescentes como “damas de compañía”, “anfitrionas para la venta de licor” en bares, discotecas. • Reconocimiento de las zonas de riesgo para los NNA, y así enfocar acciones de atención y prevención de la ESNNA. Frente a una situación de violencia o ESNNA, debemos acudir a la DEMUNA de nuestro distrito, Centro de Emergencia Mujer – CEM del MIMDES, Comisaría de Mujeres, Ministerio Público (Fiscalías) COMUDENA; quienes son reconocidas por su labor como defensoras de los niños, niñas, adolescentes y la familia en la localidad.[7]


BASTA YA A LA VIOLENCIA ESCOLAR, EN TODAS SUS FORMAS, Y NO MÁS AL ENCUBRIMIENTO DE DICHA VIOLENCIA.

Declaran el mes de mayo de cada año como el “Mes de lucha contra la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes” 

Región libre de violencia: http://regionlibredeviolencia.org/
Hermila Amoroto
Directora CIPDFA – ONGD

Visitar:

http://escuelaparaserfeliz.blogspot.com/




[1] UNICEF (2006). Convención sobre los derechos del niño. Recuperado de https://www.unicef.es/sites/www.unicef.es/files/CDN_06.pdf  
[2] Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (2012). Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012-2021 PNAIA 2021. Recuperado de http://www.unicef.org/peru/spanish/PNAIA-2012-2021.pdf.
Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2002-2010, aprobado mediante Decreto Supremo Nº 003-2002-PROMUDEH y elevado a rango de Ley, mediante la Ley Nº 28487.

[3] MINEDU (2012). Directiva N° 019-2012-MINEDU/VMGI-OET. “Lineamientos para la prevención y protección de las y los estudiantes contra la violencia ejercida por personal de las Instituciones Educativa. Recuperada de http://www2.minedu.gob.pe/oet/doc/directiva-019.pdf
[4] Idem.
[5] Nuevo Código de los Niños y Adolescentes, Artículo 18º. Consultado en http://www.mimp.gob.pe/files/direcciones/dga/nuevo-codigo-ninos-adolescentes.pdf.
Mediante Ley Nº 27337 se aprobó el Código de los Niños y Adolescentes, el cual establece que el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, dirige el Sistema Nacional de Atención Integral al Niño y al Adolescente como Ente Rector y señala, entre otras funciones, el formular, aprobar y coordinar la ejecución de las políticas orientadas a la atención integral de niños y adolescentes, dictar normas técnicas y administrativas de carácter nacional y general, velar por el cumplimiento de las normas contenidas en la Convención sobre los Derechos del Niño y en el referido Código.


[6] World Vision, recuperado de http://www.wvi.org/es/RLV  -     http://regionlibredeviolencia.org/
[7] Participemos activamente en la Protección, Prevención y Atención ante la Violencia y Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes (ESNNA) en Lima Sur. Consultado en http://www.fondoitaloperuano.org/wp-content/uploads/2012/01/Cuadernillo-explotaci%C3%B3n-sexual-de-ni%C3%B1os-ni%C3%B1as-y-adolescentes-para-MUJERES.pdf