miércoles, 23 de septiembre de 2015

Los aprendizajes necesarios en un mundo de cambios

 Una de las características de la sociedad actual es su constante cambio. Este cambio no solamente se relaciona con el aspecto tecnológico, que finalmente es lo más evidente. La tecnología de la información y las comunicaciones ocupa un lugar central en nuestras vidas.  La Internet y las redes sociales se han convertido en el espacio qué ha ganado tanto la atención de las personas, que  se ha perdido, en su mayoría, la motivación por realizar actividades al aire libre y hasta el de compartir cara a cara, porque esta interacción se realiza a través de una cámara web o del celular.

Sin embargo y no obstante las ventajas de esta forma de interactividad,  ya que podemos conversar en tiempo real con personas que están al otro lado del planeta, o usarlo  como recursos para generar conocimiento y por tanto, para enseñar y aprender; también presenta  múltiples  riesgos. La violencia “virtual” es otra de las formas de agresión que se está implantando  en el día a día.  Por ejemplo, es un riesgo la difusión irresponsable del número de celular, porque no se sabe con certeza a quién puede llegar. Los acosadores, están al acecho de jovencitos o jovencitas que compiten para “ver” quién tiene más contactos y/o seguidores, sin tomar en cuenta quienes son o cuáles son sus intenciones.

Las redes sociales se han convertido en la forma más inmediata para “conocer gente” y compartir cada aspecto de su vida pública y privada, con el riesgo que esto implica en una sociedad donde la delincuencia se incrementa cada día.

En tal sentido, la escuela y la familia  deben incorporar todos los aspectos  necesario para afrontar los retos del mundo actual y que no solamente se refieren a lo cognitivo, sino y sobre todo a los aspectos emocionales y relacionales.  Las personas deben aprender a tomar decisiones frente a la incertidumbre; pero para ello es necesario que  aprendan a pensar crítica y creativamente, y también a ser emocionalmente competentes, saber decir NO en las circunstancias necesarias, ser autónomos, resilientes, proactivos, emprendedores; haber desarrollado las competencias básicas transversales para poder aprender a aprender a lo largo de toda la vida.

Para poder aprender a aprender es necesario que la escuela favorezca el logro tanto de las herramientas esenciales para el aprendizaje (como la lectura y la escritura , la expresión oral , el cálculo, la solución de problemas) como los contenidos básicos (conocimientos teóricos y prácticos, va lores y actitudes) necesarios para que los seres humanos puedan sobrevivir, desarrollar plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad , participar plenamente en el desarrollo , mejorar la calidad de su vida, tomar decisiones fundamentadas y continuar aprendiendo. [1]

Las herramientas esenciales para el aprendizaje como son las competencias comunicativas, fundamentalmente la comprensión lectora  y las habilidades lógico matemáticas, se han convertido en los principales indicadores de la calidad educativa. Se miden a nivel nacional como internacional, sin embargo los estudiantes peruanos, todavía no han logrado una ubicación adecuada en dichas evaluaciones. Todavía existen grandes deficiencias,  así, “el Perú ocupa el último lugar en un ranking de 66 países que se sometieron a la evaluación PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes), organizado por la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Académico). Aunque este resultado es preocupante, se le puede considerar como un reflejo de nuestro sistema educativo o existen diversos factores que tenemos que comparar” (Edu-PUCP, 2013)[2]

Ciertamente, recibir una educación de escasa calidad es lo mismo que no recibir educación alguna. Tiene poco sentido brindarle a un niño o niña la oportunidad de matricularse en la escuela si la calidad de la educación es tan precaria que no le permitirá alfabetizarse, adquirir las habilidades aritméticas básicas o prepararse para la vida.

Una educación de calidad, esencial para el aprendizaje verdadero y el desarrollo humano, se ve influida por factores que proceden del interior y el exterior del aula, como la existencia de unos suministros adecuados, o la naturaleza del entorno doméstico del niño o niña. Además de facilitar la construcción de conocimientos y aptitudes necesarios para triunfar en una profesión y romper el ciclo de pobreza, la calidad desempeña un papel crítico a la hora de disminuir la brecha existente entre los géneros en materia de educación básica (UNICEF, s.f).). [3]
Según la UNICEF[4], existen al menos cinco elementos clave que afectan a la calidad de la educación: lo que el estudiante trae consigo, el entorno, los contenidos, los procesos y los resultados. Estos elementos constituyen una base que permite supervisar la calidad.
·         Lo que el estudiante trae consigo, es decir sus experiencias previas. ¿Qué experiencias aporta el estudiante a la escuela y qué dificultades concretas enfrenta? ¿Se ha visto afectado por situaciones de emergencia, por el maltrato, el trabajo infantil o el SIDA? ¿En su primera infancia, su educación preescolar y las experiencias vividas en su familia y su comunidad fueron positivas? ¿El lenguaje empleado en su hogar es muy distinto del que se usa en su escuela? ¿Ha contado con la preparación suficiente que la permita mantener el ritmo de la escuela? En este aspecto es necesario tomar en cuenta que el niño o niña no llega a la escuela con su mente en blanco, tiene una rica vivencia de al menos 3 años, que es la edad en que se inicia su vida escolar. Miras (s/f, citada en Coll, Martín, Mauri, Mirás, Onrubia, Solé, Zabala, 1999)[5], opina que “estos conocimientos previos no solo le permiten contactar inicialmente con el nuevo contenido, sino que, además, son los fundamentos de la construcción de los nuevos significados. Un aprendizaje es tanto más significativo cuantas más relaciones con sentido es capaz de establecer el alumno entre lo que ya conoce, sus conocimientos previos y el nuevo contenido que el/la docente le presenta como objeto de aprendizaje.
·         Entorno. ¿El entorno de aprendizaje es saludable, seguro, protector, estimulante y tiene en cuenta las necesidades de los géneros?  En este sentido, el contexto  constituye la referencia fundamental  para el aprendizaje. Debe tomarse como fuente de las situaciones problémicas para que  haciendo uso de los conocimientos adquiridos en la escuela, el estudiante genere y aplique estrategias complejas para solucionar problemas de su realidad.  Solamente cuando el contexto sea valorado como factor  determinante  en los diferentes niveles de diseño y desarrollo curricular, estaremos hablando de una educación pertinente, contextualizada y situada.
Sobre la importancia de la reflexión y aprendizaje contextualizado, Freire (2002)[6] expresa que “cuando un ser es capaz de emerger de su contexto, de “alejarse” de él: capaz de admirarlo para objetivándolo, transformarlo, y transformándolo, saberse transformado por su propia creación; un ser que es y está siendo en el tiempo que es suyo, un ser histórico… solamente éste es capaz, de comprometerse. Este ser es el hombre.  Y agrega que, así como no hay hombre sin mundo, no puede haber reflexión y acción fuera de la relación hombre-realidad. Esta relación hombre-realidad, hombre-mundo, al contrario del contacto animal con el mundo, implica la transformación del mundo, cuyo producto, a su vez, condiciona tanto la acción como la reflexión.
·         Contenidos educativos. Por un lado, habría que preguntarse si ¿Son pertinentes los materiales didácticos y los programas de estudios? ¿Imparten destrezas básicas, especialmente en lo que se refiere a la alfabetización y la aritmética elemental?  ¿Promueven técnicas para la vida y aprendizaje sobre cuestiones tales como el género, la salud, la nutrición, la prevención del SIDA, la paz, u otras prioridades de ámbito nacional y local? ¿En qué medida el contenido de los programas de estudio y los materiales didácticos incluyen o excluyen a las niñas? Por otro lado, si tomamos en cuenta que la calidad educativa “es el nivel óptimo de formación que deben alcanzar las personas para enfrentar los retos del desarrollo humano, ejercer su ciudadanía y continuar aprendiendo durante toda la vida” (Ley general de Educación N° 28044, Art. 13)[7], otra preguntas sería  ¿El sistema prepara, realmente, a las personas para que hagan frente a los retos planteados por el mundo?  
En el plano formativo cada institución educativa realiza una selección de los campos de conocimiento acordes con las lo que las personas y el contexto necesitan conocer-saber para resolver un conjunto de problemas presentes en el sistema social.  González (2000, citado en Tobón, 2007). Sólo si este aspecto se cumple estaremos ante una educación de calidad.
Teniendo en cuenta que la educación actual se desarrolla en base a la concepción compleja de competencias, el proceso de desempeño idóneo y responsable requiere la integración de diversos saberes: el saber ser, el saber hacer y el saber conocer y el saber convivir (Delors, 1999[8]; Tobón, 2007[9])
Sobre este mismo aspecto, de acuerdo con Román y Diez (2000, citado en Tobón, 2007)[10], el currículo es una selección cultural que se estructura en  base a procesos (capacidades y  alores), contenidos (formas de saber) y métodos/procedimientos (formas de hacer) que demanda la sociedad en un momento determinado.
·         Procesos. ¿Los métodos que los profesores emplean se centran en los niños y las niñas? ¿Sus valoraciones facilitan el aprendizaje y reducen las disparidades? ¿Se gestionan debidamente las aulas y las escuelas? ¿Los métodos de enseñanza, aprendizaje y apoyo – provengan de los supervisores, el personal docente, los programas o las comunidades– mejoran o disminuyen la capacidad de las niñas? Este aspecto está relacionado al ¿cómo se construyen los aprendizajes?
Si hablamos de una educación por competencias, lógicamente, los procesos de construcción de dichas competencias, serán aquellos que permitan a los estudiantes, por un lado,  ser agentes activos, comprometidos y responsables de la construcción de su propio aprendizaje, y por el otro lado se tendrá que realizar una docencia estratégica, que implique la construcción, deconstrucción y reconstrucción continua de la práctica pedagógica a partir de la reflexión sobre la propia práctica.  La práctica docente crítica, asegura Freire[11] (2004) encierra el movimiento dinámico, dialéctico, entre el hacer y el pensar sobre el hacer
 Freire (2004)[12] expresa que no hay docencia sin discencia, ya que a pesar de las diferencias que los connotan, quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender. En las condiciones del verdadero aprendizaje los educandos- discentes se van transformando en sujetos reales de la construcción y la reconstrucción del saber enseñado, al lado del educador, igualmente sujeto del proceso. En tal sentido, enseñar, aprender e investigar se presentan en el ciclo gnoseológico: aquel en el que se enseña y se aprende el conocimiento ya existente (crítica de la realidad, valoración de los conocimientos previos) y aquel en el que se trabaja la producción del conocimiento aun no existente (alternativas de solución a los problemas de la realidad) manteniendo siempre la disponibilidad para la revisión de los hallazgos, reconocer no sólo la posibilidad de cambiar de opción, de apreciación, y por tanto, del derecho de hacerlo.
Freire, con respecto a los procesos de enseñar y aprender  se refiere a la importancia de  “corporificar las palabras con el ejemplo”, ya que las palabras a las que les falta la corporeidad del ejemplo poco o casi nada valen. (Freire, 2004)[13]
Resultados. ¿Qué resultados esperamos para las niñas en materia de educación básica? ¿Cómo se puede documentar el grado de progreso del aprendizaje de las niñas y valorar la influencia del programa de estudios en su crecimiento futuro? Los resultados educativos deberían estar vinculados a los objetivos nacionales relativos a la educación y promover una participación positiva en la sociedad. En este aspecto, es importante destacar  la estrecha relación que existe entre los procesos y los resultados de aprendizaje.
En el marco de una metodología de aprendizaje significativo, Tobón (2007)[14] opina que las estrategias  para desarrollar competencias en un entorno de docencia crítica  se diseñan e implementan teniendo en cuenta los criterios de desempeño, los saberes esenciales, las evidencias requeridas y el rango de aplicación.  Estas implican las estrategias  docentes de sensibilización,  estrategias  para favorecer la atención, estrategias para favorecer la adquisición y personalización de información, la recuperación de la información, la cooperación, la transferencia de la información, la actuación y la valoración.
De todo lo expresado podemos concluir que es necesario reflexionar si en un contexto social en el que la calidad educativa es una exigencia, el sistema está cumpliendo y dando respuesta a este requerimiento. Igualmente, es necesario reflexionar sobre los contenidos (Qué se enseña y qué se aprende), procesos (Cómo se enseña y cómo se aprende) y resultados (aprendizajes panificados y aprendizajes logrados) son pertinentes para el tipo de contexto en el que se desenvuelve la vida de los actores educativos.
¿Será que la escuela está matando la creatividad? Sir Ken Robinson nos hace reflexionar sobre este tema.


Hermila Amoroto
22 setiembre de 2015



[1] Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI. España: UNESCO.  Recuperado de http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF
[2] .Edu-PUCP (2013). Resultados PISA 2013: ¿Qué pasa con la educación?. Recuperado de http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/resultados-pisa-que-pasa-educacion/b
[3] UNICEF (s.f). Calidad educativa. Recuperado de http://www.unicef.org/spanish/education/index_quality.html
[4] IDEM
[5]  Mirás, M.; Coll, C; Martín, E.; Mauri, T,; Mirás, M.; Onrubia, J.; Solé, I. y Zabala, A. (1999). El Constructivismo en el aula. España: GRAO.
[7]  Ley general de Educación N° 28044 (2003).  Perú: MINEDU
[8] Delors, J. (1999)
[9] Tobón, S.  (2007)
[10] Idem 
[11] Freire, P. (2004). Pedagogía de la Autonomía. Sao Paulo:Paz e Terra, S. A. recuperado de http://cipdfa2005.wix.com/strategic-consult-es#!bibliografia--educacion-por-competencias/jpot5
[12] Idem.
[13] Idem.
[14] Tobón, S. (2007).